Conmemoración 19 Abriles 2011

EDITORIAL POSTUMA DE GERMAN ROJAS NIÑO
"RAULITO"
 
Buenos días, José, Maria, Jesus, Juanaisabel, Ramón...

Buenos días compatriotas de América, en  este amanecer del Continente, patria nuestra y de Bolívar, del cura Miguel Hidalgo, de Abraham Lincoln, de los indios, de los negros, de los mestizos y de los ricos que superando el egoísmo se sumaron y se suman a la lucha de los pueblos para concretar e imponer el reino del derecho y de la ley, de la libertad, la dignidad y la soberanía de nuestros pueblos y comunidades.

Buenos días compatriotas de las altas Cortes que han permitido corregir el rumbo de nuestra patria, la historia los exaltará.

La Constitución de 1991 ha cumplido su ciclo natural para arraigarse en el alma  del pueblo colombiano, para pasar del enunciado a la práctica popular y para conformar una cultura social de conformación de solidaridad, respeto del Estado Social de Derecho que el pueblo soberano ordena y que personas inescrupulosas, delincuentes, traidores a la patria pretendieron convertir en un Estado antisocial, usurpando el poder, imponiendo sus intereses particulares, egoístas y mafiosos. Actuando en todos sus actos estos usurpadores inconstitucionalmente, por lo cual todos los actos de Uribe y su séquito están viciados de nulidad, de ilegalidad y deben ser anulados y tratados con el rigor de la Ley.

No es Uribe el único culpable, es un régimen de terror que gracias a Dios hoy podemos y debemos superar aplicando la constitución de 1991.

Las condiciones concretas de la realidad marcan el rumbo de los pueblos y hoy se abre camino la consolidación de una revolución social mundial sobredeterminada por el cumplimiento de la Ley.

El Movimiento 19 de Abril se ha caracterizado históricamente  por su lucha para que la Ley se respete y se cumpla. En 1970 el fraude electoral  marco un camino de rebeldía del pueblo colombiano y allí el M19 surgió como una esperanza de cambio y transformación de nuestra sociedad, la lucha de los colombianos nos permitió promulgar la Constitución de 1991. Hoy luego de 20 años de existencia, de luchas, de resistencia, de soportar traiciones y acciones delincuenciales en contra de nuestra Carta Magna, esta Constitución y el pueblo han triunfado.


El Movimiento 19 de Abril, llama al pueblo a festejar este triunfo de la justicia, del derecho y de la ley, y propone para ello la recuperación de la memoria de nuestras luchas por la Independencia la siguiente agenda democrática:
- 1 de Marzo de 1990 en medio de una multitudinaria asistencia en Yumbo Valle El Comandante Carlos Pizarro León Gómez lanza su candidatura Presidencial y es asesinado el 26 de Abril de 1990
- 7 de marzo : La revolución es un sancocho
- 8 de marzo: Conmemoración a las mujeres que han dado su vida  por la justicia, la libertad y la paz.
- 9 de marzo: Conmemoración de la decisión soberana de dejación de armas del Movimiento 19 de Abril M-19 por la Paz, la Democracia y la Libertad de los Colombianos.
- 13 de marzo: Magnicidio del Comandante del M-19 Álvaro Fayad Delgado, exaltando su propuesta de Ser Gobierno, ante la falta de gobernabilidad en que se halla sumida nuestra patria.
-14 de marzo: Toma de la ciudad de Florencia por fuerzas del M-19.

La llamada Constitución del 91, en tiempo real lleva cuarenta años de lucha:
- El período Preconstitucional que abarca desde el genocidio de Gaitán, la UNIR y el pueblo colombiano que fue masacrado por la oligarquía liberal conservadora, proceso que destrozo la legalidad de nuestra República.
- El fraude electoral fraguado el 19 de Abril de 1970, que sumió a Colombia en la ilegitimidad, fenómeno que hizo surgir por parte del pueblo colombiano la legítima decisión de la rebeldía, rebeldía que se concreto en el surgimiento del: Movimiento 19 de Abril, M19, "brazo armado del pueblo anapista", con las consignas de, " CON EL PUEBLO", "CON LAS ARMAS", " CON MARIA EUGENIA". “AL PODER.
- El Genocidio del Palacio de Justicia en el cual las fuerzas mancomunadas del Estado decidieron masacrar a los magistrados de la Corte, a los empleados y visitantes que se encontraban allí en esos momentos y a la fuerzas insurgentes del M 19 destacadas para hacer una demanda armada al Gobierno del Señor Belisario Betancur, violador de los pactos de Paz, acordados entre el Estado y el pueblo Colombiano en esa época. Acto que sumió a nuestra Republica en la ilegitimidad.
La República de Colombia se sumió otra vez en la noche de horror desatada por el terror oficial.

La juridicidad desapareció como cuerpo de la República y aparecieron diversas formas de gobierno en medio de la fractura del consenso social, la opinión pública justificó las diversas formas populares que asumió el pueblo como embriones de un nuevo gobierno, de un nuevo contrato social que surgiría en 1991 sancionado  por el pueblo soberano en la Constitución de 1991.

Por su parte la oligarquía liberal-conservadora, continúo desarrollando la violencia y la corrupción como método exitoso para mantener su dominación; habían encontrado su cauce antidemocrático natural y los corruptos  asumieron el mando de nuestra sociedad, ahora convertida en una "honorata societa", es decir en el reino de la mafia y la delincuencia. 

En 1991 la Nación colombiana, el pueblo soberano, en uso legítimo de sus derechos, sancionó, promulgó y ordenó  la Constitución de 1991.

VIVA Colombia……….VIVA LA CONSTITUCION DEL 91.
VIVA LA SOBERANIA DEL PUEBLO.
POR LA PAZ DE Colombia …………..SOMOS GOBIERNO!!!!!


SEMBLANZA AL ESTILO DE HIPÓLITO

“El honor es la mejor guía en el laberinto de las revoluciones”
El amor es la mejor guía en el laberinto de la vida.
Honor y amor son nuestra guía

Montevideo, Abril 17 de 2010.
Saludo a la XII conferencia del siempre querido M 19
Yumbo Valle.

Apreciados hermanos del alma, de los viejos y de los nuevos tiempos, de esa otra tricolor bandera de las esperanzas siempre vivas, queridos compañeros de los colores y los sueños aun a la espera, de las épocas de la esperanza a flor de piel, todos juntos reunidos en esta otra nueva etapa de nuestra pequeña historia, pero no por ello lejana ni mermada, lo contrario, grande en sus trajines vitales y compromisos más allá de la vida misma, quiero saludarlos  muy afectuosamente, a quienes son los responsables de este tan importante reencuentro, al amparo y compañía de aquellos inteligentes, rebeldes, audaces y emprendedores, al igual que ustedes los del M 19 de siempre y creo oportuno reconocer que al encontrarnos hoy vestidos con los mejores ánimos, estamos defendiendo lo nuestro, los compromisos cumplidos y demandando atención por los que faltan por plasmar.

Hoy apelamos a la voluntad de quienes han sabido caminar por los trasiegos andares de la vida, de la rebeldía, de la lucha, de los afectos, de la rumba en la perdurable búsqueda de la alegría, de la vida en amores de vida, y con este legado, indagando en los más recónditos malabares de la confianza, de los abrazos y de los amigos para hacer posible, un día de estos, el encuentro de los sueños y esperanzas y hacer posible la concordia, la tolerancia, la convivencia, la solidaridad, la justicia, la dignidad y sobre todo la paz.

Esta oportunidad de encuentros, de abrazos, de muchos saludos, algunos desde la distancia y ustedes los allí reunidos y enredados por la cadena de afectos, sueños y expectativas comunes, será una bella ocasión que convocará a las voluntades alrededor de una propuesta y desafío, enrutada hacia una expedición de amores y fiestas y rumbas que garantice la presencia de los tantos que tanta falta hacen hoy. Cuanto quisiéramos tener con nosotros a los que partieron muy temprano, dejándonos sus esperanzas y sonrisas de futuro como legado y herencia, ellos cruzaron la cruel frontera confiados en que sus banderas y retos serian asumidos por nosotros como mandato y semilla en la cimentación de una nueva patria.

Permítanme, en este saludo, hacer referencia a algunos momentos y temas que en estos 20 años nos han acorralado y acompañado, por suerte para nosotros, en el tejido de los mejores momentos del pasado con la búsqueda del mañana a veces tan incierto; imposible en este encuentro y Conferencia sentimental, dejar ausentes sus miradas.

Báteman:
(Abril de 20019)
Les propongo, en esta reunión, convoca e invocar a los nuestros, por ejemplo a nuestro flaco, el grande, el amado, ese Báteman del alma, y al hablar Báteman es necesario tener en cuenta un continente y su época, su momento y sus telúricos movimientos; a Báteman hay que verlo más allá de las pequeñas fronteras colombianas, puesto que Báteman como Bolívar son de altura continental y universal, Báteman es parte de esa geografía humana que por la mitad del siglo pasado floreciera en América Latina; Báteman es el contexto y síntesis de liderazgos que como generación altiva irrumpió desde la rebeldía y la creatividad, desde la irreverencia y el compromiso vital; fue esa generación la que con mucha inteligencia supo asomarse a la ventana de los cambios, dibujando la propuesta que nos permitiera una vida digna, y su huella y canto se hicieron más grandes en la lucha por una nueva independencia, por la democracia continental y por la paz, iniciativas propias de ese Comandante grande llamado cariñosamente el Flaco; por eso, al hablar de Jaime Báteman hay que hacerlo en el altar de la historia junto a Torrijos, a Roldós, a Fidel, a Camilo, a Maurice Bishop, a Jarrín, a Miguel Hernández, a Raúl Sendik, a Carlos Fonseca, a Salvador Allende, a … qué grande es este mapa americano; Báteman es ese alto visionario que supo interpretar la realidad y la necesidad de alimento del alma y la política de los pueblos en su llamado ‘sancocho nacional’; el Flaco supo motivar a esta generación para ser parte del rescate de los elementos culturales fundantes de una sociedad como son la democracia –por cierto atrapada por las oligarquías-, el diálogo nacional, instrumento necesario para juntarnos en las diferencias y construir la nación que queremos, la patria que soñamos, la paz que nos devuelva la dignidad de generación y de humanidad posible. Tal vez su más alto sueño y grandeza fue atreverse –porque atrevido si era- a pensar la utopía de la paz cuando arreciaba la guerra y proponerla desde la guerra misma. Jaime Báteman el de la certeza y los afectos, el de la rumba y la esperanza, Báteman el cada día más necesitado en este enredo que agobia a Colombia; hoy su pensamiento, su palabra, su estilo, su obra y sobre todo su ejemplo de caminante y luchador infatigable, de visionario rompedor de esquemas, lo necesitamos mas y mas,

¿Cuántos, cuántos?:
(Abril de 1995)
Sentir hoy la presencia de los ausentes inmortales, es un mandato de vida por la vida, es un encargo por la memoria, es un llamado por la defensa y la certeza; retomar su mano armada de valor y entrega, es una obligación de vida; ¿cómo desconocer la altura universal del Fayad del alma?, como olvidar el grito de combate de Iván Marino Ospina, la decisión inquebrantable de Andrés Almarales, la certeza de Carmenza (la Chiqui); cómo no recordar los abrazos curativos del médico Carlos Toledo, los cantos amorosos de Afranio Parra, el grito bolivariano de Boris (Gustavo Arias), la sonrisa de Gloria Amanda Rincón, el embrujo amoroso de Bermeo, el compromiso de Gisela, las locuras de Laureano, la precipitada risa de Nelly Vivas, el run run enseñando de de Elmer, las risas y alegría de Pedro Pacho, el encanto de Gladys, los paso silenciosos de Lucho Otero, el ímpetu de Miguel Ángel Mojica, la huella franca y echad pa’lante de de Eduardo Umaña, de Liliana  y Gerardo, susurros campesinos de José Domingo, de… ¿cuantos, cuantos?.

Ellos son los dueños de la ternura con la que fue posible tener las semillas de entrega, compromiso y decisión para hacer cuerdas las locuras del eme, por ellos se hizo realidad el rescate de la palabra empeñada; juntos, ellos le dieron con su ausencia inmortal, el respiro y huella como levadura a este fermento de cambio llamado M‑19 para ser una forma de ser, un sentimiento y un encargo, pues el M-19 es un compromiso de multiplicación creciente. ¿Cómo olvidar el fuego que en nosotros despertaron los abanderados que reventaron los temores y miedos saliendo adelante en todas las trincheras del Sur, del Cauca, Choco, Antioquia, Santander, Bogotá, Caquetá, Putumayo, el Valle y más allá, es decir pasando las fronteras,



Abril, oh! abril.
(1992)
En Abril han llegado y se han ido los mejores, en Abril se juntaron las tormentas y los sueños, la vida y los amores, las distancias y las dificultades; en Abril encontramos los hechizos del afecto y la certeza en un cristal llamado primavera. Y también en Abril sentimos más la ausencia de aquellos... los más nuestros, los herejes, los rebeldes, los inventores de esperanzas y locuras.

Hay momentos indescifrables en la vida donde se encuentra y entremezclan una serie de menajes y razones, casi todos ellos cifrados con señas y códigos que solo pueden desentrañar los afectos y las pasiones. “Los momentos de alegría son de entrega total” decía Afranio, el Gallero enamorado, por eso en este encuentro se cruzan los sentimientos que forman un nudo y una fuerza indescifrable, encuentro que al asumirlo, nos ayudará a agrandar los sueños y el hechizo que hizo posible y realidad la utopía y el invento en esa única armazón del amor, que como arquitectura de la felicidad aún sigue por venir.

Esta junta de amores, este encuentro de afectos, esta reunión de propósitos, esta maraña de abrazos, este Abril es otro reventar de cariños para aferrarnos con más certeza a la búsqueda de mejores luces que en este tiempo y milenio necesitamos para encontrar los caminos de la vida y romper las ausencias impuestas.

Hay tiempos que le ponen su huella a las generaciones que los viven, y son estas, las generaciones altivas, las que le imprimen su impronta y sello a dichos tiempos, haciendo su historia y cambiando los vientos para apagar o incendiar sus propias tempestades, inventar o definir procesos que a lo mejor, nuevamente revientan en  otros tiempos y tormentas con sus generaciones propias que van tejiendo, construyendo y cosechando.

Creo en estas tempestades en que hoy andamos y al igual que las de ayer, nos llevaran por las arenas movedizas que nosotros mismos y otros hemos inventado para soñar y navegar, teniendo solo como norte la certeza del amor y como única prenda la confianza en el otro, en el hermano, en el amigo, en aquel y en aquella; en Abril inventamos entradas y salidas, túneles y dificultades, descubrimos auroras, hicimos más alto el salto al vacío, creímos encontrar en cada luna una complicidad amiga y compañera  para la rumba y para la fiesta hasta el cansancio, ese bendito remedio contra la tristeza y el olvido impuestos.

Por este bendito Abril fuimos delincuentes y conspiradores contra lo imposible, fuimos soñadores por derecho, rebeldes con razón y sin ella, trazamos linderos para hacer permanente la fugaz vida con sus huellas, siglos, muertes y semillas: Teníamos una llave -los afectos- para abrir las puertas más difíciles, y allí, juntábamos las diferencias y la diversidad para  inventar el convenio, el trato, el acuerdo, el arreglo, el pacto, la minga, la concertación, en fin toda clase de encuentros con sus diferencias, dificultades y riquezas haciendo la pedagogía de la tolerancia y de la convivencia metidos y comprometidos con las más grandes discrepancias.

Si una vez nos apasionamos en la búsqueda de nuevas fronteras y aún en la guerra  soñábamos construir los tiempos de la inteligencia para desterrar el pasado triste de la triste violencia, ¿por qué ahora no volvemos a apasionarnos, a motivarnos y a apostarle a los retos imposibles? Tengo la certeza de que si hoy Colombia tuviera otros tantos compromisarios como ayer, si Colombia contara con esos y otros gestores y forjadores apasionados que en un Abril se lanzaron al vacío de la paz, y lo hicieran hoy como ayer lo hicimos, más corto sería el camino para llegar a la necesitada paz.

La magia del 9:
(Julio de 1991)
Continuamente me he puesto a pensar ¿cómo hemos hecho para sostenernos tantos años en esta cuerda floja de la política sin dejarnos caer, manteniendo hasta hora el equilibrio para dar continuidad a los propósitos y compromisos?, ¿cómo hemos inventado tantos aciertos en medio del escepticismo y la desesperanza? ¿Cómo hemos sostenido tantas veces la caña acertando increíblemente para envidia de algunos, cuando nos creían acabados y apenas continuábamos con la mínima reserva de combustible para llegar al puerto más difícil y no siempre más  cercano?. No se me ocurre otra cosa que recurrir a la magia del eme, a su locura y herejía, al hacer cosas venciendo el temor, a errar y seguir, asuntos necesarios para poder entender esta maraña de acontecimientos, de encuentros  y certezas.

Mirando la importancia del número y la magia del nueve con relación a nuestra historia, encontré por ejemplo al 9 de abril de 1948 pues allí se acumulan acontecimientos y tiempos que parecen reventar con fuerzas telúricas en hechos y acciones mágicos traducidos a la política por el EME 19 y en particular desde 1989,  veamos:

El 9 de enero del/89 se da el encuentro Pizarro con los delegados del Gobierno en una región del sur Tolima para dar inicio a este camino de la paz y de cambios que hicieron del /89 un año con abundancia de rupturas y encuentros para el bien de Colombia. Ese mismo año en el 9º mes, celebramos nuestra Décima Conferencia Nacional y allí decidimos dar el combate más grande que hemos tenido (la decisión de dejar las armas) con los siguientes resultados: - Desmovilización de nuestros instrumentos militares (dejación de las armas), - Vinculación a la vida civil y - Constituirnos como Movimiento político.

Y así llega el 1990. Luego, el 9 de marzo, por primera vez en este siglo una guerrilla cuyo nombre se escribe con 19 letras y números (Movimiento 19 de abril), sin ser derrotada, genera el fenómeno político más importante por la paz, con la dejación de las armas, la negociación política y su participación en los debates electorales, y a solo dos días de este acontecimiento, el 11 del mismo mes, con mil dificultades y premuras participamos en estos debates respondiendo con pasión y valentía. Ese día ganamos las Alcaldías en tres municipios y la elección de un buen número de legisladores en muchas partes del país. Posteriormente el 27 (2+7=9) de mayo en las elecciones `presidenciales' ganamos en más de 300 municipios y en diciembre (9 meses después) en el debate electoral de la constituyente fuimos mayoría en más de la mitad de los municipios de Colombia.

Pero nuestra participación (mágica) en este debate electoral se da cuando por primera vez en la historia patria, en un mismo año se juntan nueve debates del proceso electoral, veamos:
1-                  Elección de Alcaldes,
2-                  Elección de Concejales,
3-                  Elección de Diputados,
4-                  Elección de Representantes a la Cámara,
5-                  Elección de Senadores de la República,
6-                  Séptima Papeleta,
7-                  Elecciones Presidenciales,
8-                  Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente y
9-                  Elección de Delegados a la Asamblea Nacional Constituyente.

Y como son las cosas, observemos el siguiente detalle: este proceso electoral se inició el 9 de marzo y terminó el 9 de diciembre cuando la Lista número 9 de la A.D.M‑19 ‘sacó’ 19 Delegados; y para seguir con la Magia del 9, los Delegados a la Constituyente (del 91 como se le llama) trabajaron para cambiar la Constitución que hace cien años fue concebida por un grupo de Delegados representantes de 9 provincias (Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima), que a finales del Siglo XIX conformaban los Estados Unidos de Colombia.

Volviendo al rollo del 19, todo esto sucede en la REPUBLICA DE COLOMBIA (escrito con 19 letras), cuya Patrona es la VIRGEN DE CHIQUINQUIRA (que también se escribe con 19 letras) de quien somos devotos; y en 1 9 9 1 cuando faltan apenas 9 años para el fin del siglo y del milenio, y como dijera el Afranio, para iniciar la construcción del siglo de la paz, el milenio de los afectos y la era del cuarzo y la transparencia, reivindicando la obra de Bolívar que nació en 1783 (1+7+8+3, igual a 19). ¿Qué les parece este rollo del 9?
Con afecto, (9 letras también)

Los momentos:
(Abril de 1998)
Hoy hace unos años tuvimos un momento de esos que duran y perduran, que hacen y deshacen, que marcan su impronta, que rompen y construyen, aunque pocos lo quieran recordar; no importa, es un hecho de imborrables huellas como referente universal, o sea es y será historia patria. Nos comprometimos a muchas cosas resumidas en un sentimiento nacional: la vida; izamos la más grande bandera: la paz y nos casamos con un noble propósito: la democracia, aunque hace ya muchos años que esa triada viene rompiéndonos los sesos, hoy sigue siendo nuestro caminar.
Quisiera hacer una pequeña referencia a otros hechos que en los últimos años se han dado como consecuencia de ese momento. Hubo rompimientos, normas, leyes, compromisos, búsquedas, una Constitución, triunfos, errores, fracasos, éxitos, exilios, amores, desamores, odios, envidias, soberbias, arrogancias, olvidos, distancias, acercamientos, sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, otros sueños, la junta de propósitos comunes y de ambiciones difíciles, en fin...cosas se hicieron, pero con las últimas circunstancias vividas, con los abismos que nosotros mismos creamos, con las dificultades absurdas que inventamos y contra nosotros mismos las confrontamos, algunos han creído que todo se acabó, que ya no hay nada por hacer ni defender, ni rescatar, ni recordar, ni querer. Como si los movimientos telúricos hubiesen derrumbado los momentos aquellos también.
Unos, algunos de antes y otros de ahora, unos viejos y otros nuevos, contradictores y enemigos de siempre, otros lejanos y aparentes cercanos, algunos despistados, quieren desde su casual posición de hoy, destruirnos, acabarnos, hablar mal de los buenos momentos que ellos mismos adularon y de los que se aprovecharon; es decir quieren desconocer aquellos hechos, como lo están haciendo ahora con las obras y huellas de representación que con nuestra identidad M-19 tuvimos en algunas buenas gestiones de Gobierno, de acción social y de representatividad parlamentaria a nivel municipal, departamental y nacional. Pero como el M-19 fue siempre un mojón de referencia para bien o para mal, aunque hoy pareciera que solo para mal; esto solo pasará si nosotros lo aceptamos, si nosotros dejamos maltratar nuestra identidad y desconocer la historia, por aquellos detractores; y si olvidamos los compromisos, los retos, los dolores, las ausencias, los amores, las alegrías, la dignidad, los sueños, los afectos... ahí si nos habrán ganado, ¿Entonces? a defender lo nuestro, "Vuelvan caras" gritó una vez un oficial de Bolívar.

Marzo de hace 19 años.
(Marzo 9 de 2008)
Hace apenas 18 o 19 años nos embarcábamos en una herejía propia de la grandeza de los tiempos aquellos, es decir de la utopía que ayudó a diseñar y de buena manera, los mejores caminos para una generación altiva, creadora, rebelde, audaz y sobre todo, vitalmente comprometida. Uno de esos relámpagos generacionales con su grandeza de cuerpo y alma, un espíritu burlón de esos, un inventor y constructor ejemplar, lastimosamente de vida corta, nos heredó un camino en proceso de maduración: la identidad, el compromiso en la palabra empeñada, la creatividad frente a las dificultades, la iniciativa frente a la imperfección de nuestros contradictores; escenarios esos que fueron transformándose y en su vario-pinta cosecha, nos fueron madurando las miradas de vida y experiencias con sus momentos y resplandores propios de esos sueños y esperanzas, influyentes y apasionadamente atractivos por cierto; resplandores propios de esa irrupción ante la historia como la sucedida con la recuperación de la espada libertaria, luego el rescate de la democracia con sabor a pueblo, posteriormente el ser gobierno, después, luchar y querer la vida haciendo la paz, y con base en este mandato batemaniano, la intuitiva y determinante decisión de avanzar con humildad y certeza, de vencer nuestros propios temores y demonios atávicos de la guerra y salir airosos del laberinto de las armas, para dar paso a un escenario de reconciliación, de convivencia, de aunar esfuerzos y respetar las diferencias encaminados en un propósito noble: nuestros hijos, el país, el futuro, salimos airosos de ese trascendental paso al vacío.

Son apenas 18 o 19 años y si pudiésemos pararnos en la torre del tiempo y mirar lo recorrido en esos caminos tan llenos de los ausentes de hoy, mucho nos sorprenderíamos al vernos retratados en esas esperanzas aun a la vera del sendero de la vida que reclaman su existencia; nos sobresaltaríamos al vernos con nuestros avances, dolores, satisfacciones, fracasos, éxitos y frustraciones; y este ultimo retrato seguramente será el de mayor cercanía a nuestro presente, puesto que las expectativas de ser y los compromisos del hacer, rubricados en la acción generosa de vencer los atajos y cerrojos de la guerra y dejar las armas, siguen siendo un peso de nuestra pequeña historia, que a mas de ser propio, es muy notoria su vigencia y por lo tanto es necesario, y siendo así, es justamente porque las tristes y enredadas condiciones que de alguna manera nos ayudaron y exigieron la certeza de hacer en vida un esfuerzo más para vencer la muerte en el enredo de la confrontación fratricida de la guerra que sufre Colombia cuyo ritmo y avance ha creado otros escenarios y nuevos monstruos como metástasis dolorosa de nuestra historia trágica siguen actuantes.

Muchas serán las reflexiones y temas que ayuden a repasar la mirada desde esa torre, muchas, muchas esperanzas mas, se aglomerarán a la salida del tiempo y el atisbo; pero sencillamente retomar hoy el tema de la paz, el mismo de hace 30 o 19 años, puede que nos sorprenda con el grito de auxilio que esta, la paz, sigue reclamándonos desde los tiempos del enredo de las armas, del gatuperio ese de la guerra además surtida hoy con dirigentes y dirigidos anodinos y lerdos que poco ayudan a buscar y encontrar las soluciones a nuestras mismas pendejadas históricas.

Esta brutal situación con sus guerras y descomposición social de muchas pobrezas frente a las pocas pero grandes riquezas que ensanchan la brecha entre la vida digna y el oprobio, entre la equidad y la injusticia, entre la dignidad y la bestialidad altanera tan de moda en estos tiempos.
Luego de ese año 89 sellado con una decisión linajuda y liberal, al parecer la 'cosa' no ha mejorado mucho; por el contrario, se han profundizado las contradicciones de la guerra sin la solución apropiada, ha crecido la hostilidad que afianza la conveniencia a los dos actores de la beligerancia, dejando una adversa impronta de dolor en el afligido rostro de la patria y un olor repulsivo a secuestro, a masacre, a injusticia, a abandono social, a desarraigo y destierro… es un olor tan triste que se siente en cada paso campesino buscando su ruta de destierro.

En fin de cuentas, por todo lo dicho antes y más, por todo lo que se dejo de hacer y por lo poco o mucho que se hizo y no prosperó como se pretendía y por lo tanto sigue expósito a la vera del camino, por todo eso, creo que la propuesta intentada y amasada desde aquellos escenarios del amor en los tiempos de la búsqueda y la esperanza, iniciativa que luego fue puesta a prueba a finales del 88 y el 89, sigue vigente, necesaria y urgente de encontrarla para ayudar a desenredar este macabro y maligno nudo de la guerra en el más absurdo ambiente que los déspotas han coincidido en agrandar, perturbando y agrediendo a los mas, quienes somos los que no estamos ni metidos ni comprometidos con esos negociados ruidosos y aleves gruñidos de la conflagración.

Buscar, dialogar, concertar, negociar, pactar, acordar, reconocer las diferencias y defender las posibilidades de crecer en ellas, exigirnos ser decorosos e inteligentes ante las dificultades, creer en la vida, luchar por ella, cumplir la palabra empeñada, es una metodología puesta a prueba y con éxitos al crear confianzas y buenos caminos.

Esos ánimos, esa voluntad, esa generosidad y grandeza de aquellos años, mucha falta hacen hoy como referencia y punto de apoyo para buscar y encontrar la salida a este atolladero soso de la confrontación que tanto daño nos está causando y solo brinda ganancias a los guerreristas de ayer y de hoy; y si no cambiamos esto, serán los mismos guerreritas de mañana.

La paz y la verdad:
(Octubre de 2003)
Es sobre la paz y la verdad que ahora versa nuestra acción política trascendental, esa gestión que ayer nos convocó a trabajar sin descanso en las mil y una tareas que por la patria y la transformación de las condiciones políticas asumimos con ahínco y dedicación de vida.
Es la paz y la verdad la que ahora nos convocan a destacar nuestros mejores esfuerzos en la continuidad de esa tarea de ayer, un poco retrasada y aún por cumplir, ya que el compromiso que de cara a pías hicimos en el proceso de diálogo y negociación hacia la construcción de un pacto político, reflejado en parte en la Constitución del 91, mucho falta por hacer y construir para consolidar la paz y la convivencia, no solo en el campo político, sino en las dimensiones sociales, económicas y culturales de nuestra historia.

Es la paz y la verdad la que exigen de compromiso y compromisarios en el nuevo reto de defender lo construido y seguir inventando las realizaciones que los colombianos necesitamos para lograr el bienestar, y para ello se requiere alejar los vicios del autoritarismo, de la guerra, del despotismo, de la violencia y de la intolerancia, antivalores que paulatinamente se han venido asentando nuevamente y de manera agresiva desde diferentes sectores de la vida política nacional, en particular desde el Gobernó del Presidente Uribe, quien pareciera que está dedicado a destruir los caminos de reconciliación andados, para desandar los suyos, olvidando la historia y desconociendo la verdad.

Sigue siendo  la paz y la verdad la que nos sigue animando, esa misma verdad que hace 20 años se requería para defender la palabra empeñada, esa misma verdad que era maltratada por los destinos del gobierno de la época para ocultar los indudables alcances de un pacto, que desde la insurgencia, se defendía hacia el camino de la paz y la concordia; es la misma verdad que era necesaria para defender a las instituciones colombianas comprometidas en el dialogo que se abría como escenario posible en la búsqueda de lograr la convivencia desde nuestras diferencias, y el M 19 puso su apuesta, ofreció su aporte, quiso caminar en el afán de los tiempos desordenados, más aún los tropiezos no se hicieron espiar y entonces era necesaria la verdad para poner al descubierto a los tramposos, es esa misma verdad la que a 20 años se hace necesaria como si la rueda de la historia nos diera la razón, aunque lastimosamente no el poder para implementarla, este reto, el del poder, sigue vigente, esta es también otra verdad.



Carta a un hijo:
(Abril 19 de 2007)
Carta a mi hijo de 16 años… frente a una tumba.
Fíjate hijo que pasan y pasan los años y el bendito eme diecinueve sigue dando que decir, que hablar y qué hacer. Pareciera que los años solo pasan para quienes quieren dejarlos transcurrir escondidos en su pequeña historia, por eso en ese campo de la vida política, el eme tiene una vigencia o por lo menos una presencia que es imposible de arrebatarle a los tiempos y seguramente al destino, es una especie de suerte o talismán que acompaña a los mal y bienaventurados.

Hace tres o dos décadas se decía que buena parte de la vida política de Colombia tenía que ver con el eme diecinueve, o mejor sea dicho de otra manera, buena parte de la vida política del eme hacia influencia en el país, cosa esta que decían los mismos adversarios de este ‘bendito’ movimiento; en los años 70s, era esa búsqueda del que hacer guerrillero pero con pueblo y política; luego vino la lucha interna y externa por el rescate de la democracia y los valores patrios, las referencias políticas nacionales. Y naturalmente ese eme se involucra en una pelea aparentemente interna pero de trascendencia mas allá de sus fronteras, fue el rescate y retoma de Bolívar como fuerza imaginaria propia de identidad, libertad, e internacionalismo, por salvar la dignidad y voluntad de un pueblo cuando se decide a cambiar las estructuras de represión y de poder, es decir seguir el ejemplo de Bolívar.

Más tarde, ya terminando los 70s, en la lucha por los derechos humanos, por la libertad, por el respeto a las garantías aún de esa Constitución que era constreñida para un país que iba en desarrollo acelerado, el M 19 comprometía todas las fuerzas y posibilidades sin tregua y con decoro.

Posteriormente ese bendito eme interpretó la causa nacional y se propuso debatir y proponer el famoso dialogo como ejercicio para arreglar los líos colombianos, los problemas estructurales que sufría el país, las grandes contradicciones de nuestras generaciones, convencidos seguramente que dichos problemas serian fácilmente arreglados usando este sencillo y demoledor instrumento: el dialogo nacional.
Estos ejercicios políticos vinculantes entre la vida colombiana y el movimiento guerrillero no fue entendido del todo por todos, incluyendo en ese ‘todos’ a los que aparentemente eran compañeros de armas, 6 y mas grupos guerrilleros en Colombia, pareciera que cada uno vivía en un país diferente, aunque se decían entre ellos trabajar y luchar por el mismo pueblo, por el mismo país, por la misma causa; que mentira nacional más grande esa, y esto lo vivió y resintió el eme cuando sufrió grandes pérdidas en el proceso de la unidad guerrillera, siempre deseada y nunca alcanzada.

¿Y qué otra cosa más podría hacer este movimiento que sintonizar su lucha con esa realidad mágica colombiana?, ¿qué otra causa más importante que batallar por la vida, por la democracia, por los valores patrios, por la democracia, por la dignidad y la felicidad de las nuevas generaciones? Y también ¿qué otra causa más importante que combatir contra esa forma oligárquica de explotación tan terriblemente impuesta en nuestros países luego del recodo triste de la emancipación bolivariana?

Así llega el eme a los años 80s, cargado de experiencias dolorosas y algunos logros de sabor no tan margo, situaciones agudas y duras como en verdad era la vida patria; había un eme lleno de expectativas como las que esperaba esta generación; un eme lleno de posibilidades y dificultades como las vivía Colombia, un eme enamorado como debería ser la vida de los colombianos, con trabajo, felicidad y rumba, y entonces en medio de la más cruel incertidumbre, del más grande mal que afecta a Colombia: la desesperanza, y en medio de la torpeza de la guerra y de la imposible bondad de la paz, el M 19 propone un pacto, un acuerdo, un convite…, que concertado y negociado entre todos le pusiéramos en forma mancomunada el primer renglón a esta larga pagina de búsquedas y de construcción de la paz y la convivencia nacional; por ello, sin temor y con la certeza como escudo, por allá finalizando los 80s, el eme se lanza al vacío explorando nuevas tierras firmes para la anhelada paz, se lanza al escenario de buscar la convivencia y la justicia social, tal vez convencido de que era imposible lograrla de inmediato, pero alguien tenía que poner la primera piedra; así iniciamos los 90s y finalizábamos el triste siglo pasado, justo cuando tu nacías.

Y así, fue, muy pronto 4 organizaciones guerrilleras más le apuestan a este reto de la pedagogía de la concertación y el pacto, el país ve con buenos ojos este proceder mientras los enemigos de la paz, los de siempre, los de la guerra desde los partidos, desde la economía, los de hacer la guerra desde los negocios y los gobiernos, le ponen zancadillas y trampas, y el eme ahí; vence sus temores, avanza mas en lo nacional que en lo suyo intimo como movimiento desmovilizado para la paz, en verdad se desvincula de la guerra en un país en guerra, una ironía de la exigente paz, pero necesaria para ella misma. Se dice que el eme le cumplió al compromiso que de cara abierta le hizo a la Nación: es decir, defendemos la historia, sabemos de la guerra  y por eso queremos para ustedes, las nuevas generaciones una Colombia en paz.

Hoy, luego del camino largo de 35 y 15 años, mirar hacia atrás es importante para ver el camino vencido, para observar a muchos enemigos tirados en el campo del nuevo combate, la paz y la democracia en un ambiente de convivencia difícil de lograr pero persistentemente buscado; hoy dar una ojeada a este camino es una responsabilidad necesaria para no volver a transitarlo, para seguir aferrados a la decisión de “hacer hasta lo imposible por la paz”, aunque esos mismos enemigos del eme, que es mejor presentarlos como son, los enemigos de la paz, con sus compromisos y grandes negocios de guerra como la expulsión de campesinos para adueñarse de las tierras, los importadores de tecnologías de guerra, los dueños de los medios noticiosos que producen la guerra, esos mismos enemigos son los que permanentemente quieren empujar a esta generación de jóvenes a volver por los estrechos y tristes caminos de la hostilidad, esa guerra y confrontación que en boca y propuesta de Báteman por allá en los 80s era necesario vencerla con la unidad de todos los colombianos como un verdadero ‘sancocho nacional’, y más tarde con la conducción de Carlos eme dio el segundo paso más importante de su vida política: la desmovilización de sus armas en medio de la crisis de las armas, de la guerra, del crecimiento de la violencia, como ya lo dijimos antes. Esta es la gran herencia de Báteman y Pizarro.

Ahora pareciera que ante cualquier crisis del país, esa clase dirigente tiene que apelar a ese bendito eme diecinueve para atacarlo y con ello crear cortinas de humos impunes; que ironía, el eme sigue vigente en cualquier discusión sobre la vida política nacional.

Que vaina mijo, el finado eme sigue vivo.

Hace apenas 20 nueves de marzo.
(9 de marzo de 2010)
Estos últimos 20 años, del 90 al 2010, no han pasado en balde, ese ejercicio, empeño, compromiso y herejía de buscar la paz sin ‘echarnos más tiros’, de dialogar con rectitud y de ‘cara a la nación’ y asumiendo la responsabilidad de heredar a nuestros hijos y sus nietos una Colombia y una sociedad diferente a la constreñida que nosotros conocimos y de alguna manera vivimos en la violencia cotidiana, esa experiencia de concertar para acordar la paz, esa enseñanza de dialogar en lugar de disparar, no ha pasado de moda, aunque los siempre ‘enemigos agazapados de la paz’ conspiren continuamente contra esas prácticas benéficas que hace apenas 20 años dieron excelentes frutos en cuanto a la reconciliación y a la construcción de herramientas distintas a la guerra para dirimir nuestras contradicciones como país, como nación, como sociedad.

Estos últimos 20 años han pasado a las carreras, preñados por sus propios afanes y tiempos, ‘parece que fue ayer’, y aunque solo se ha consolidado una mínima proporción de lo soñado allí, de los acuerdos pactados en esos trajines del encuentro y el desencuentro nacional, del ir y venir buscando la paz, aferrados siempre en la búsqueda de la razón, estos 20 años de esa paz posible y negociada, parece haber tenido más enemigos ahora, que antes en la guerra, puesto que en forma reiterada y permanente se develan conspiraciones para desconocer y maltratar esos acuerdos de paz, para demeritar su alcance y herencia a futuro inmediato; continuamente arremeten contra un proceso que, si bien es cierto, le falta mucho por cumplir, también es necesario reconocer que abrió las puertas contemporáneas para resolver el conflicto intestino que sufría y apenaba a Colombia y con el cual nos han marcado, hasta encontrar expresiones comunes como esa de que ‘somos un país violento’; hace 20 años tratamos de romper ese hechizo maligno y demostramos lo contrario.

Pero han sido los malignos hechiceros de la muerte, los caballeros de las sombras, los vividores a costillas del crimen, quienes se han encargado de ocultar el avance al desconocer este proceso y estas paces negociadas y acordadas; han sido estos negociantes de la guerra con sus desordenadas guerrillas e irracionales ejércitos paramilitares amparados en la rampante corrupción, los que empeñados en seguir su ‘ruta mortal de violencia’, imponen la brutalidad y el conflicto armado, alejando así a la inteligencia y a la generosidad, tan necesarias para resolver y tratar nuestros conflictos.

Este es el dilema de nuestra realidad eclipsada por los vientos crueles de una confrontación desgastada en su justeza, lejana al sentir de nuestra población moderna, al lo que le suman el desorden, el revuelto, la calumnia, la sinrazón, el desprecio y el despotismo… tristes circunstancias que no dejan entrever una cercana solución, pues parece estar cada vez más lejana la posibilidad de ejercer la soberana decisión de vivir en paz y dormir tranquilamente.

Hoy 9 de marzo de hace 20 años, bajo el liderazgo del Presidente Virgilio Barco y el M-19 en cabeza de Carlos Pizarro, sin tapujos, sin monedas de doble cara, sin embustes ni hipocresías, se firmó un acuerdo innovador, un pacto tejido sin desconocer las diferencias y sus dificultades, ‘convocando a la nación a construir la democracia plena’ e invitando a las fuerzas insurgentes a desmovilizar su armas y transformar su lucha en la propuesta hacia la construcción de la paz, este ejercicio estuvo acompañado de la certeza y la responsabilidad de ejercer plenamente el derecho, como generación joven y altiva, de diseñar nuestro futuro, este acto generoso e inteligente de desmovilización y de negociar la paz dio paso a nuevos acuerdos entre otras fuerzas más allá del M-19, y hasta ese escenario de la pedagogía para construir la paz, también llegaron el EPL, el PRT, el Movimiento Armado Indígena Quintín Lame y un importante sector del ELN, la CRS y otras fuerzas.

Ahora cuando los violentos embarcan al país entre la falacia de los buenos y los malos, (algo así como ‘el que no está con migo… es guerrillero o terrorista…’), cuando pululan y se dejan ver con tanto brillo los descalificativos por parte de quienes se abrogan la autoridad del caciquismo y la arbitrariedad en el uso de las armas, armas que desde todas las orillas se disparan y entre fuegos constriñen y zarandean a una sociedad cada vez mas atenazada por el ruido brutal de la guerra, sociedad que aterrorizada, fácilmente se acongoja y se plega a los designios del poder mortal del despotismo, de la motosierra, del secuestro y todas las brutalidades de los armados, ahora es más necesaria la historia y enseña de los acuerdos exitosos de paz de hace 20 años.

Hoy, a escasos 20 años de la desmovilización de las armas del M-19, a escasos 20 nueves de marzo, a 20 años de haber dado otro salto al vacío, como siempre lo hizo el M 19 en la búsqueda infatigable de la paz y la concordia nacional, parece que igualmente a esos tiempos, hoy se requiere con certeza y voluntad, asumir nuevamente como retos imposibles, la tarea de salvar la esperanza cosechada en esos tiempos; cada día se asoma la necesidad de la exigencia generacional en la tarea de una paz negociada, de reivindicar proceso exitosos para enfrentarnos ante la absurda bestialidad de los armados con sus prácticas violentas desde sus letales trincheras, aupadas desde sus básicos instrumentos como la televisión con sus agresivos programas de tiros, engaños y violaciones e igualmente desde otros medios con sus mensajes de artimañas llenos, que ocultan la verdad y ofenden la dignidad; hoy 9 de marzo no es un día para recordar, es una referencia de la culminación de un proceso y el comienzo de una etapa de reconciliación y construcción de paz, allí empezó una nueva época de la historia reciente colombiana que es necesario rescatar del olvido oficial y violento para que nuestros hijos y sus nietos no estén destinados, en palabras de Gabo, a vivir cien años mas de soledad.

Caminemos erguidos, con la frente en alto, orgullosos de nuestro pasado, comprometidos en el futuro de nuestros hijos y sus nietos, y sobre todo firmes y convencidos de que vale la pena hacer hasta lo imposible por la paz.



Y finalmente comparto unos versos de los años 90s, cuando seguíamos las luces aun grandes del ejemplo de aquellos ausentes hoy y presentes siempre:

NUEVE VERSOS DE AMOR PARA UN DILEMA
(Abril 95)

1
Bonita una militancia del M-19, el de los amores, el de las rabias,
las distancias, las tristezas... pero nunca
el de los odios.
2
Bonita una militancia del M-19, también con algo de incógnito
es verdad, pero venciendo y convenciendo
en la búsqueda diaria de una caja llena de sorpresas.
3
Bonita esa militancia de no partido, que fue tal vez
la que estuvo a punto de abrir otros caminos
diferentes a la angustia del desgaste cotidiano, y que en últimas,
por tristes gajes de la vida, terminó más partido que los otros partidos.
4
Bonita una militancia del M-19 inconcluso, es decir
sin terminar ni definir, en la tarea y reto de estar
siempre creando, inventando y construyendo.
5
Bonita una militancia del M-19 metido y no metido pero
bien comprometido.
6
Bonita una militancia del M-19 abierto al mundo de los
desafíos modernos y los desarrollos, es decir parecido a ser
país, a cambiar  y seguir inventando más cambios.
7
Bonita una militancia del M-19 hablando el lenguaje de los más,
de los muchos, de los otros, de los rebuscadores de salidas
de donde los metieron, pero que nunca entraron.
8
Bonita una militancia del M-19 en donde el compromiso no sea
con fulano de tal o perencejo, sino con la vida, el país, el futuro.
en la búsqueda diaria
de una caja llena de sorpresas.
9
Bonita una militancia del M-19. El  eme parecido a uno mismo
y también a los demás.

Lastimosamente no puedo acompañar esta bella iniciativa de semillas y cosechas nuevas, más aun, de corazón, sentimientos y vida allí estoy, reciban mi saludo y mejores deseos porque esta reunión y XII Conferencia sea hulla e impronta de los tiempos de siempre, de los abrazos de siempre, de las búsquedas infatigables de siempre con el amor y los afectos de siempre, cuenten con migo.

Hipólito Blanco.

SEDE M-19 YUMBO-VALLE 2011